La importancia de una buena Freidora

Necesitas comprar una freidora, para equipar tu restaurante, bar o tu cocina, ¿Pero no sabes por cuál decidirte?

Hoy te explicaremos las características de las freidoras eléctricas para hostelería.

Una buena freidora, debería tener un grifo para la sustitución del aceite. Sabemos que no siempre están al alcance de todos, para ello están las versiones más sencillas, sin grifo. Estas son más asequibles y no tienen nada que envidiar a sus hermanas en cuanto a capacidad, como por ejemplo esta freidora de 8L+8L.

Pero recuerda, ¡El aceite que desechemos siempre debe de almacenarse para su reciclaje!

Freidoras industriales eléctricas

La ventaja de las freidoras eléctricas son su capacidad de mantenimiento de temperatura, mucho mejor que en de una freidora a gas, así como la capacidad de recuperación. Al mantener la temperatura de forma estable, aumentando la temperatura a través de los mandos, esta alcanza la potencia que le pidamos más rápido.

Esta clase de freidora, es sólo ligeramente más cara de precio que las freidoras de gas.

Su otra principal ventaja es la de no precisar tener una toma de gas para su funcionamiento, por lo que nos permite ubicarla en cualquier parte de la cocina.

Además, las freidoras eléctricas mantienen mucho mejor la temperatura, y si vamos a tenerla durante mucho tiempo encendido, al final puede resultarnos más económico que el gas.

Consejos de utilización de una freidora eléctrica

Aunque no haría falta decirlo, debemos tener siempre claro que el aceite se quema, y que gracias a la incorporación de termostatos y potencias en los mandos, podremos regular la temperatura de nuestro aceite, no sobrepasando la temperatura máxima a la que el aceite se queme o alcance su punto de humeo.

De forma generalizada se dice que el aceite no sobrepase nunca los 180 o 185 grados centígrados, pero este es un dato que tenemos que saber aplicar, ya que si lo tomásemos a rajatabla solo nos serviría para algunos aceites.

Mejor tomemos como referencia el punto de humeo, no llegando a superarlo nunca.

El punto de humeo varía en función de la pureza del aceite que utilicemos:

• Aceite de coco: 230ºC
• Aceite de sésamo: 210ºC
• Aceite de palma: 230ºC
• Aceite de girasol refinado: 220ºC
• Aceite de oliva virgen 215ºC
• Aceite de oliva extra virgen 160ºC
• Aceite de oliva de 1ª presión en frío: comienza en 130ºC
• Aceite de girasol sin refinar: 105ºC